MARÍA CONCHITA ALONSO: «La libertad es imprescindible. Nadie puede controlar tu vida, tus sueños».

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La actriz cubano-venezolana María Conchita Alonso fue una de la invitadas del 23 Festival de Cine de Lima – PUCP, llegó para presentar su más reciente película, la comedia He matado a mi marido.

En lo personal, la sorpresa no fue el anuncio de su nombre en la conferencia del festival, sino que su presencia no fuera bien aprovechada por el festival. Se esperaba un encuentro con su público limeño. O al menos un conversatorio para descubrir más de una actriz que tuvo una actividad importante en el cine comercial de Hollywood durante las décadas de los ochentas y noventas. Además de pionera, fue la figura femenina latina que literalmente abrió el camino para varias otras que años después intentarían el crossover a la industria cinematográfica de los Estados Unidos.

Como se sabe, nadie controla a María Conchita Alonso. Ni su equipo de prensa, y de hecho se las ingenió para estar cerca de su publico. Durante la gala de su película, mientras todos los invitados cumplen con la formalidad de presentar sus películas, y segundos después de haberse apagado las luces, se escabullen de la sala. Ella hizo lo contrario. Antes que se oscureciera todo, hizo el ademan de que volvería. Y efectivamente así lo hizo. Quedándose más de media hora. Respondiendo todas las preguntas del auditorio, y obvio, las fotos con su público que recuerda tanto sus películas como sus canciones.

Horas antes, entre una larga lista de entrevistas para diversos medios de farándula y programas televisivos de espectáculos. Logramos hacernos de un espacio, para charlar con conversar con ella algunos minutos, de sus películas más representativas y -me disculparan- también de su música.

 

Eres consciente que algunas de tus películas han tocado temas delicados para el contexto en el que se realizaron y mucho más para los tiempos que vendrían. Ese es el caso de “Colors

Claro que sí. Colors fue una película que mostró una realidad muy triste de los Estados Unidos. Que estaba en parte invisibilidad para las grandes producciones. Como por ejemplo, la violencia de las pandillas en las calles de California. Siempre he pensado lo afortunada que fui al tener a Dennis Hopper como director y trabajar al lado del señor Robert Duvall. También estuvo Sean Penn. Pero lo que pasa ahora con él, es que no nos llevamos bien. Todo por cuestiones políticas. El me llamó “cerda” y yo le llame “comunista” (risas). En aquella época, no sabíamos de nuestras futuras orientaciones políticas.

Tienes una película qué se refiere específicamente al espectáculo provocado por los medios de comunicación, una especie de «big brother» sanguinario. Ella es “The Running Man”. Temas que treinta años después, tienen  mucha vigencia.

Esta película es una perfecta muestra del control que tienen los canales de televisión sobre los espectadores. Un puñado de personas tiene el control absoluto. Te venden y logran que consumas cualquier cosa. Todo lo transforman en un espectáculo. Y viendo ahora como están las cosas, pienso que esta película estaba muy avanzada para su época.

En 1990, por poco vuelves a coincidir con Arnold Schwarzenegger en “Depredador 2” pero éste finalmente no se involucró. Aun así, el proyecto se concretó, bajo la eficaz dirección de Stephen Hopkins. Y con un potente elenco encabezado por Danny Glover, entre los cuales destaco a otro latino, Rubén Blades.

Tengo el mejor de los recuerdos de esta película. La amé, porque fue un gran secuela, y por lo que significó para la comunidad latina, tener presencia importante en una mega producción de Hollywood. Tener al lado al querido Rubén Blades, además de divertido, fue espectacular. Lástima que no puedo decir lo mismo de Danny Glover, con quien simpatizaba y trabajabamos muy a gusto. Quien diría que lo desagradable vendría años después, pues se convertiría en otro amante del chavismo, y de Nicolás Maduro. Es muy triste, como dos grandes actores con los que he trabajado; a quienes quise mucho terminarían después, vendiéndose a la falsa idea de la revolución.

En aquella película encarnas a una oficial de policía, de nombre Leona Cantrell, que podría ser considerado como el primer rol femenino recio en un blockbuster, destinado para una actriz latina.

Ahora que lo dices, tienes razón, fue un bonito personaje por el cual millones me recuerdan. Y lo más extraño de todo es que el Depredador no me mata, no porque yo lo superara en fuerza o astucia sino porque ve que estoy embarazada. Entonces como que le gustaban los niños al alienígena. Tan malo no era (risas)

Te confieso que una de mis películas favoritas es “Scarface” y estas tu involucrada –digamos- por partida doble.  Primero, el actor cubano, tu paisano, Steven Bauer protagonizaría uno de tus video clips más populares de tu carrera musical “Noche de copas”. ¿Cómo lograste convencerlo?

Todo se dio muy simple, pues yo era muy amiga de Steven Bauer Recuerdo que en aquella época,  él estaba casado con Melanie Griffith, y los tres éramos muy amigos. O sea, le llamé, le conté la premisa de la canción y del video. Entendió perfectamente y aceptó de inmediato.

Luego, participarías en su soundtrack con “Vamos a bailar”…

Recuerdo que una noche me presentaron a Giorgio Moroder, el productor de la música de Scarface. Y de repente, me pregunta si yo quería escribir la letra de una canción para el soundtrack. Yo feliz, acepté. Me puse a trabajar en ella y organicé mi agenda. En esa época yo estaba trabajando en una película llamada Moscow in the Hudson (Moscú en Nueva York). Por suerte el director Paul Mazursky me permitió regresar a Los Ángeles, para grabar la canción. Y de inmediato retorné a continuar con la filmación.

Osea el italiano Moroder, te convoca para que escribas una canción sobre unos cubanos en Miami. A ti que además de serlo estabas encarnando a un italiana en “Moscú en Nueva York”. Y en la letra, hablas de que los sueños sí existen y de las ansias de libertad.

¡Qué coincidencias! Lo bueno es que yo jamás me sentí encasillada. Y gracias a esa película, se empezó a dar un cambio en los roles que nos ofrecían. Quebramos los estereotipos imperantes. Y sí, tienes razón, no fue gratuito que me convocaran para escribir la letra de una canción en la que dos latinos quieren divertirse y apoderarse del mundo en las calles de Miami. La libertad es imprescindible, nadie puede controlar tu vida, tus sueños. Ni la sociedad ni tu propio país. Todos tenemos el derecho de ser, de creer, de surgir… en fin de ser feliz.

Luego de una década de películas de mucho nivel. ¿Qué sucedió el año 1995, que dejaste las grandes producciones cinematográficas, y detalle aparte, no grabarías más un nuevo disco?

En pocas palabras, me convertí en activista política para salvar a Venezuela. Abandoné mi carrera y mi vida profesional por ese propósito.

Tenerte aquí y no preguntarte sobre música es casi imposible. Siendo tú, una de las más representativas cantantes del pop latino. ¿Cuando tendremos un nuevo disco con temas inéditos?

Por el momento no lo tengo pensado. Lo que sí me he propuesto es grabar nuevamente, algunas de mis canciones de antes. Títulos emblemáticos como “Acaríciame”, “Y es que llegaste tú”, “Noche de copas” o “Hazme sentir”. En fin, un disco de grandes éxitos, pero acorde con nuestros tiempo, con una producción moderna, de primer nivel.

A mediados de los ochentas, tuviste el privilegio de trabajar con el productor y compositor español Juan Carlos Calderon. Él fue responsable de dos de tus discos más exitosos. ¿Qué recuerdos te dejó Juan Carlos, además de un puñado de hits?

Que decir, Juan Carlos era maravilloso. Era muy cómico y a la vez, contradictorio. Como era posible que una persona que escribía tan bello y con un estilo tan romántico haya sido un tipo tan pesimista. Si había mucho sol decía “joder qué calor”, y si estaba lloviendo decía “joder que ahora viene la lluvia y no podremos salir”. Siempre que yo recuerde se estaba quejando de algo. Juan Carlos fue una persona muy simpática, un creador único, inigualable, como pocos.

En pocos días se va a estrenar en todo el Perú, tú más reciente película “He matado a mi marido”  ¿Qué es lo que va a encontrar el público cuando vaya a verla?

A simple vista se trata de una película extremadamente cómica. Imagina, el tipo de películas que hacía Pedro Almodóvar al inicio de su carrera. Todos los personajes son maravillosos, gracias al estupendo reparto que tenemos: Assumpta Serna, Eduardo Yáñez,  Alicia Machado, Gaby Espino, entre otros… Es también una película bastante profunda, mi personaje encuentra a su marido encarnado por Guy Ecker en la cama con una de sus amantes. Se inicia una discusión y lo termino matando.  Mi personaje, Remedios, no se quiere, ni se respeta. Es una mujer intolerante, detesta a los gays y además, es racista. Se queja de todo. Al principio es muy chocante tratar de entenderla. Pero a medida que la película avanza, la vas comprendiendo y terminas por quererla.  Al final, contradictoriamente, terminas aplaudiendo lo que ella hizo.

Lo que más me gusta es que al  interior de Remedios, se ha dado un cambio para bien. Yo lo definiría como un dramedy. Una película que estoy segura va a gustar a todo el público limeño.

Te mantienes activa en el medio cinematográfico. Incluso has trabajado con Jean-Claude Van Damme. Cuéntanos, ahora, ¿Qué viene para María Conchita?

Después de Lima, parto hacía Europa para grabar una película de la que no puedo decir nada. Lo que sí puedo anunciarte es que en septiembre, se estrena una serie de ciencia ficción en Netflix, en la que participo. Se llama The I-Land. Y mientras tanto, estoy involucrada en mi bioserie, donde lo contaré todo. Nada de medias tintas. Ya he escrito gran parte de la historia, solo me queda encontrar al productor adecuado.