La invitada máxima del certamen, la aclamada directora y actriz estadounidense Jodie Foster, fue homenajeada en el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) 2023, en medio de una emoción a flor de piel. Bastaron segundos del clip conmemorativo para que audiencia y la invitada de honor, entrarán en perfecta sintonía, Los que logramos entrar en la sala 04 del Cinepolis Centro eramos conscientes que aquello era una sesión única. Pocas veces un espectador tiene en frente a un personaje clave en la historia reciente de la industria de Hollywood, con décadas de experiencia y un abanico de trabajos que dan cuenta de una versatilidad que causó asombro desde era una adolescente. Por el lado de Jodie Foster, podemos intuir que la actriz debe haber quedado maravillada con el fervor de admiradores latinoamericanos de diversas generaciones. Cada quien se acercaba a ella, desde la o las películas de su preferencia. Y es que en su basta filmografía hay titulos para todos los gustos.
La cita más especial fue en la Sala 4 de Cinépolis Morelia Centro para la función especial de El silencio de los inocentes, uno de sus papeles más queridos e icónicos, por el cual ganaría su segundo Oscar a mejor actriz en 1992. Previo a la proyección, la actriz estadounidense fue condecorada con el Premio a la Excelencia Artística del festival.
En su breve intervención el Presidente del festival, Alejandro Ramírez, supo a bien condensar las razones de esta sentida celebración en el festival michoacano: “Un público que ha crecido con ella, ha temido con ella y se ha enamorado de ella. Por encontrar la paz en los ojos de hombres trastornados y por dar consuelo en las dimensiones más lejanas de la realidad. Por buscar apasionadamente justicia en un mundo que se para a escucharla y por arriesgarse a apostarlo todo en la pantalla, al encarar a cada uno de nosotros manteniéndose al mismo tiempo fiel a sí misma siempre. Por su inteligencia y su amabilidad el Festival Internacional de Cine de Morelia le entrega este premio a la excelencia artística a nuestra amiga”.
Luego de esto, se proyectó un reel que resumía los hitos cinematográficos de su carrera, aquel fue un estallido de emoción, que embargó incluso a la propia Jodie Foster. Tal fue la conmoción que no pudo evitar soltar algunas lagrimas. Segundos después, tomaría el micrófono para regalarnos unas palabras de total sinceridad:
“Esto es realmente emocionante, creo que es porque tiene que ver con mi infancia. Crecí estando en la pantalla (tenía menos de cinco años), pero ahora veo que también en las vidas de algunos de ustedes. Es una belleza ver esto no solo como artista, sino también persona, ver la forma que me fui convirtiendo en mujer, fue doloroso también, y ver todos esos personajes que he interpretado en mi carrera, todas ellas han sentido de todo: la vergüenza, el anhelo, que sobreviven, que han sido olvidadas… este ejercicio de hacer películas es una oportunidad de sobrevivir”.
“Hacer películas es algo loco, como correr de un lugar a otro como pollo, pero hacer películas es muy sanador, la actuación en sí misma lo es, gracias por reconocer esto. Ahora que tengo sesenta años, les voy a decir un pequeño secreto: sepan que la vida se pone mejor, en el momento que cumples sesenta años todo se vuelve fantástico”.
La visita de Jodie Foster fue, para quien escribe, el mejor evento y sección dentro del FICM 2023. No solo porque, como suele suceder la actriz homenajeada asiste a una única función, donde recibe los honores y galardones del festival. Sino que la gentileza de Jodie Foster fue más allá, asistió a las cuatro proyecciones de las películas que conformaron su sección: Taxi Driver, Contacto, El Silencio de los Inocentes, y su debut como directora Mentes que Brillan. Además de saludar, firmar autografos y tomarse fotografias con varios fans y cinéfilos que supieron hacer un verdadero ejercicio de paciencia en cada una sus funciones, sin la certeza de que la actriz iba a estar presente.
Otra noche especial, fue la de la proyección de Mentes que Brillan (Little Man Tate, 1991), una película poco conocida y de escasa circulación, que pudimos gozar en su formato original, tal cual la había visto hace más de treinta años en el Cine El Pacífico en la ciudad de Lima, Perú. Tal fue la amabilidad demostrada por Foster que nos regaló más de 30 minutos en responder una a una las preguntas, y con astucia sortear a los entusiastas que solo levantaban la mano para acercarse y retratarse a su lado. Poniendo así en aprietos a los organizadores pues tenían más de un centenar de espectadores por ingresar a la siguiente función.
Lo sucedido con la gran Jodie Foster, es una demostración más, de lo entrañable que nos resulta el Festival de Morelia. Uno puede pensar que es la bonita arquitectura colonial de la ciudad, la exquisita gastronomía mexicana, el buen trato o calidez de todo el personal del FICM los que hacen posible esta magia cada octubre. Es obvio, que la cuidada programación tiene un peso importantisimo, pero festivales criteriosos y de acertada curadoría son varios, pero los festivales que te apapachen diariamente son realmente escasos.