La experiencia de los más de 50 años de experiencia de Peter Fonda en el arte cinematográfico tomó la Sala Plácido Domingo en la segunda masterclass del Festival Internacional de Cine en Guadalajara, en la que realizó un recorrido por su trabajo, en especial de su reconocida cinta Easy Rider (1969), dirigida por Dennis Hopper, donde compartió los estelares con Jack Nicholson y que este año celebra 50 años de haberse realizado.
Fonda, más dicharachero que nunca, en su primera intervención se levantó y puso su casaca de cuero en el piso del escenario. Emulando al motociclista indomable que interpretó medio siglo atrás. Mientras, el público observaba y se deleitaba con la leyenda frente a sus ojos.
El actor, en cambio, moldeaba a su antojo a sus espectadores de ocasión. Recuerdos como, por ejemplo, cuando él y Nicholson fumaban marihuana durante una secuencia, pero a Jack le dieron de la real y se le olvidaron sus diálogos, causaron el furor entre el público.
Fonda habló de la diferencia entre desear ser actor y actuar, ya que, según compartió junto al mexicano Diego Luna, actuar representa más una postura vital mientras que “ser actor” suele representar sólo aquello que viene con la fama.
“A los seis años yo ya escribía historias que representaba con los trabajadores de nuestra casa, con los jardineros, con la servidumbre; tal como en Roma. Me di cuenta que actuaba para mi familia. Era un niño haciendo espectáculos y eso me gustaba. Así encontré mi espacio en el mundo con pequeñas presentaciones y dije, yo quiero actuar”, comentó.
Con bromas sobre tequila y recuerdos del encuentro del legendario actor con unos jóvenes Gael García Bernal y Diego Luna en el Festival Internacional de Cine de Venecia, cuando los mexicanos ganaron el Premio Marcello Mastroianni, Fonda recibió de manos de Luna el Mayahuel Internacional, el máximo galardón del FICG para figuras internacionales.
Peter Fonda aprovechó la ocasión para encantar a una sala repleta de espectadores con las memorias de sus orígenes en la actuación y resaltó que ser parte de una familia inmersa en el mundo cinematográfico ha sido difícil, pero gratificante.
Fonda resaltó que, a pesar de tener una docena de créditos como productor, director, escritor e incluso músico, actuar es su profesión favorita, pues tiene la magia de convertirlo en la persona que él quiera.
“Puedo ser el abuelo o el tío, lo que sea. Así que habré hecho de todo, hasta que muera. Le prometí a mi yo niño que quería ser el mejor, y lo soy”.
El actor también detalló el proceso creativo detrás de Easy Rider, película que describió como un “accidente”, ya que inició sin tener un guión previo.
“Yo tenía ideas, pero lo que tenía escrito era sólo el papel de Jack (Nicholson) y el mío. De hecho, gracias a Jack, la primera parte es fantástica. Se dice que el uno por ciento de las películas son lógicas, otro uno por ciento por concentración y el 98 por ciento son accidente; yo soy de ese 98 por ciento”, dijo Fonda.
Emocionado al borde del llanto, el actor explicó que, su objetivo con la cinta, eran tratar los grandes temas de su generación y llegar a sacudir al público: “Sólo sabía que el filme sacudiría a la audiencia, lo demás, ha sido emocionante para mí”, declaró.
Fonda también aplaudió desde el escenario del FICG34 al cine mexicano y aceptó que se necesitan más actores, productores y directores mexicanos en Hollywood.
«Mis tres directores favoritos son mexicanos», dijo refiriendose a Guillermo del Toro, Alejandro González Iñárritu y Alfonso Cuarón, todos ganadores de premio Oscar.
Guillermo del Toro: «es tan inteligente y astuto, habla tan bien. Ojalá estuviera aquí. Yo sólo soy un actor”.
Alfonso Cuarón: «estoy muy orgulloso de los tres premios Oscar que ganó por la película Roma. Es un genio».
Alejandro´González Iñarritu: «es un gran director, ha hecho Birdman y El renacido».
«Viva México, viva Jalisco, viva Guadalajara y viva Guillermo del Toro. Me estás dando la oportunidad de decir algo perfecto: desde Canadá al sur, Washington, Nuevo México y Texas, debería ser México. El muro para allá, para nosotros no, nosotros tendríamos que volver a ser México”, finalizando así entre ovaciones, su abarrotada masterclass en el festival tapatío.
«Para mí, lo más importante de esta historia es el diálogo final, “la regamos, lo echamos a perder” y entonces morimos, estuve planeando esta historia para que realmente la gente se pregunte por qué ocurre, por qué lo echaron a perder todo, por qué se mueren», explicó previo a la proyección de Easy Rider.