Una película muy especial se presentó en la sección Generation de la edición 67° del Festival de Cine de Berlín. Se trata de la última obra de la renombrada directora mexicana María Novaro. Lola y Danzón, fueron dos películas que tuvieron un esplendido recorrido en festivales y dejaron una huellas en los espectadores que logramos verlas en su momento, en fílmico. Novaro es una realizadora que cuida al detalle cada proyecto en los que se embarca. Si bien su filmografía no es extensa, puede catalogarse de entrañable, por la enorme cuota de afecto que destila en cada uno de sus trabajos.
En la capital alemana pudimos apreciar Tesoros, y en esta ocasión se sumerge en la visión del mundo desde la perspectiva infantil. Jacinta, de seis años de edad, cuenta la historia de un grupo de niños que llega a Barra de Potosí, una comunidad de pescadores en las costas de Guerrero, que se alía con otros pequeños habitantes de la región. Su objetivo es encontrar un tesoro que dejó escondido el pirata Francis Drake cuatro siglos atrás.
“Todo comienza el día en que los güeros llegaron a vivir a Barra de Potosí”, asegura el inicio de un cuento que sirve como contrapunto a este relato humano que logra transmitir la mirada infantil. Aquí los niños son los protagonistas totales, mientras que los padres y todos los demás habitantes del lugar casi siempre están situados fuera de campo. Tesoros nos brinda la oportunidad de experimental la espontaneidad del universo infantil. El trabajo actoral surge en buena parte del juego, de la imaginación que abre la posibilidad de una improvisación, que no es caótica sino que está delicadamente delineada por la realizadora.
Al ser consultada, Maria Novaro sobre una posible definición de Tesoros, declaró: «Es una película mexicana para niños, de aventuras. La hice porque sentía una enorme necesidad de decirles a los niños mexicanos que dentro de todos los problemas que está viviendo el país, que son muy fuertes, que son muy dolorosos, que hay mucha violencia, mucha corrupción, se vienen además tiempos quizás más difíciles con Trump y demás… que por encima de eso recuerden que otro mundo es posible. México tiene enorme recursos, una biodiversidad espectacular, y una cultura muy poderosa».
La película está dedicada a los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, quienes precisamente se preparaban para ser maestros. Quizá por ello, incluye en su película a algunos profesores de diverso tipo. Tesoros nos refiere también esa fortaleza que tiene todo mexicano desde los primeros años de vida, para poder convivir en una sociedad que aunque carcomida por la violencia y corrupción, es profundamente hermosa y por la que vale la pena luchar. En ese sentido, esta película se constituye en un canto de esperanza, vital pero sin dejar de lado el dolor, señal inequívoca de nuestros tiempos.