El director mexicano, Alfonso Cuarón, ofreció una master class para compartir su experiencia y memorias como cineasta en el XVI Festival Internacional de Cine de Morelia.
Roma fue un trabajo de gran introspección para su director, por lo que en lugar de hacer una investigación exhaustiva como en cintas como Gravedad, se apoyó en sus recuerdos. Fueron meses de introspección y de recordar las vivencias de esa época. En ese sentido, fue una experiencia difícil para mí por múltiples razones, Mucho de mi malestar en esta historia era reconstruir una parte de mi vida que iba de la mano de mis cicatrices y las de mi país”.
La experiencia de filmar Roma, fue como voltear al pasado para atender con mucho dolor, temas aún pendientes. El cineasta mexicano nos confirmó que basó el argumento de su película en su nana, Libo, y en los recuerdos que tiene sobre ella.
A partir de este escenario íntimo, el realizador creó una gran película, y expuso de paso situaciones de hace medio siglo que aún permanecen vigentes: represión estudiantil, discriminación, fraternidad y obvio, el amor.
Cleo (Yalitza Aparicio) encarna los recuerdos de quien cuidara de él siendo niño y con quien, de hecho, intercambió memorias para crear el guión. A proposito, Libo fue su primera «compañera» para ir al cine: «De niño fui muchas más veces al cine con Libo que con cualquier otro miembro de mi familia”, recordó el director.
«Que me conmovieran, habían muchísimas escenas. Era de pronto muy extraño estar confrontado con escenas que tú ya habías visto. Las que más me conmovían eran quizá las de momentos en los que yo no había estado. La manera en que Yalitza encarnó el personaje, era absolutamente conmovedor», manifestó Cuarón.
Pero fue hasta que empezó a filmar cuando entendió que algo dentro de él se estaba removiendo, especialmente cuando filmaba pasajes personales, como las peleas y separación de sus padres.
Tiempo después, al ver la película concluída, sintió que finalmente se había reconectado con el pasado.
Por otro lado, Alfonso Cuarón no tuvo ningún reparo en declarar que el ciudadano mexicano es racista. «»Tenemos la tendencia de no aceptar algo que es tan obvio y que lo tenemos en las calles todos los días, que es el inmenso racismo de este país», compartió el director.
Aunque es consiente que muchos no lo consideran una voz que pueda criticar la situación del país, por no vivir en México. Aseguró que el rechazo a la caravana migrante por parte de muchos mexicanos es un claro ejemplo de xenofobia.