FICG 2014: Cantinflas

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Debo reconocer que las expectativas que tenía sobre la muy publicitada película sobre Mario Moreno «Cantinflas», eran muy pocas y tras verla la decepción no ha sido mayúscula. Primero, porque el director a cargo del proyecto, Sebastián del Amo, ha asumido la delicada empresa de llevar a la gran pantalla la vida del más famoso de de los comediantes latinoamericanos, digamos, con las mismas coordenadas artísticas que pudimos ver en su ópera prima, y más lograda, «El fantástico mundo de Juan Orol». Y segundo, porque en este continente no se sabía mucho del desempeño de Oscar Jaenada, además del detalle que muchos desaprobaban la elección de un actor español para interpretar al gran «Cantinflas».

Lo que más sobresale de la película es la estupenda caracterización de Jaenada, y como mucha prensa hacía mención en los últimos días, este podría ser el rol que sepultara su carrera si es que no daba la talla del personaje que debía interpretar. A la vista de los resultados se puede decir que el actor catalán aprobó con excelencia el duro examen que tuvo que rendir. Y es que asumir un acento mexicano, modular la voz hasta el punto de sonar idéntica es signo del durísimo trabajo actoral para aproximarse a un personaje de tanta magnitud, y recalco aproximarse, porque si bien Janeada logra parecerse al gran «Cantinflas», nunca llega a apropiárselo.

Sebastián del Amo -como ya lo había hecho en su cinta anterior- prefiere que los decorados, las texturas y los artificios sean los mayores protagonistas de sus películas o al menos su rasgo distintivo. No es gratuito que sus dos películas se refieran a personajes del Séptimo Arte. Diciéndolo de otro modo, cine que se filma a sí mismo; como historietas populares que se ofrecen al auditorio, casi al mismo nivel de las películas de sus personajes centrales. Y ahí radica el principal reparo que le pongo a esta película, que en todo instante estemos apreciando a «Cantinflas» actuando de «Cantinflas», incluso en aquellas escenas «realistas» cuando Mario Moreno debería ser la estrella de la función, si es que se trata de una biopic.

El público espectador que pudo obtener una entrada para la «avant première» en el Teatro Diana estuvo más que contento, pues recibió lo que esperaba, una película con un actor que se parece y actúa como «Cantinflas», y los momentos / películas claves en el ascenso del popular actor, casi igual, como si hojeando un álbum de estampitas con los períodos que no se pueden dejar de lado, y nada más. Se respeta la figura histórica, se erige un monumento a mayor gloria del peladito y -en una decisión muy discutible- se ubica su clímax y termino con su célebre participación en la industria de Hollywood con La vuelta al mundo en 80 días. Y para no dañar honras y no entrar en polémicas se evita hacer mención a los años que vendrían después, una etapa moralizante y definitivamente la menos reidera de la filmografía de Mario Moreno.

Esta producción de 40 millones de pesos cumple con su objetivo primario que es el de entregar el retrato que el público mexicano tiene de Cantinflas, ahí están los parlamentos y gags que son marca registrada del cómico que no podían no estar en esta biopic. Lástima que se abuse de este recurso y se repita una y otra vez frases clásicas, para deliberadamente buscar la complacencia y la carcajada del espectador. Lo que es indudable, es que estamos frente a un nuevo taquillazo del cine mexicano, uno que cuenta con un desfile de reconocidas presencias de la industria mexicana de la actualidad, casi una mini réplica local de lo que Mike Todd logró en su única producción cinematográfica.

Quedamos disconformes, eso sí, un puñado de cinéfilos que deseábamos un poco más de investigación y atrevimiento a la hora de referirse a un mito, y no optar por una superficialidad que sin duda la hace mucho más redituable. De todos modos ya era hora que el cine mexicano abordara a su entrañable peladito y espero que esta película sirva para que nuevas generaciones sepan de su legado y por qué no, vengan otras producciones de mayor hondura e interés.