Tres películas panameñas tendrán su estreno mundial en IFF Panamá 2018

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Arrancó oficialmente el séptimo Festival Internacional de Cine de Panamá, y sí hay algo que celebrar al revisar su catálogo es que el 10% de la programación sea de producción local. De este modo se está cumpliendo una de las metas del IFF Panamá. Basta recordar que estuvimos en esta misma ciudad el 2012, exactamente en la primera edición de un evento llamado IFF Panamá que era novedad para muchos de los ciudadanos, y en lo que respecta a la cuota nacional se tuvo que reunir producciones de años anteriores y  el gran acontecimiento fue el estreno La ruta de la Luna opera prima de Juan Sebastián Jácome, producida por los panameños Luis Pacheco e Irina Caballero.

Seis años después, el panorama es mucho más satisfactorio. La oferta fílmica en este 2018, señala que hay 74 películas de 51 países, y de este grupo 8 son producciones de Panamá. Esto es posible en gran parte, a la formación de públicos que ha venido implementando la Fundación IFF Panamá a través del festival desde sus inicios y que ya está dando sus frutos, pues el espectador local ya está acudiendo en mayor cantidad a ver sus películas. Así el 2017 se vivieron dos récords de asistencia en lo que respecto a  producciones panameñas: Donaire y Esplendor, de Arturo Montenegro que se mantuvo siete semanas en cartelera, superada solo por Más que hermanos, debut de la realizadora Arianne Benedetti, que fue vista por más de 81 734 personas en sus once semanas de proyección, con un acumulado de más de 400 mil dólares en taquilla, lo que la ubica en un histórico segundo lugar. Detrás de la comedia aún imbatible Chance de Abner Benaim, con sus 438 mil 740 dólares de recaudación.

En este punto, aparece otro factor fundamental que contribuyó a este presente tan auspicioso para el cine local: El Fondo Cine, vital para el desarrollo de esta cinematografía. Precisamente en la gala inaugural se anunció que se han iniciado las inscripciones para su versión 2018, en la cual se otorgarán jugosos estímulos económicos para las siguientes categorías: largometraje de ficción o animación, documentales, desarrollo de proyecto para guión y para la postproducción de una ficción o documental.

Al respecto la directora ejecutiva del certamen, Pituka Ortega, declaro que “este año es evidente el impacto de IFF Panamá en la comunidad de cineastas locales porque los números no mienten. Este año la presencia es mucho más fuerte. Más del 10 por ciento de la programación es cine panameño. Cuatro de las ocho películas de nuestro panorama de Centroamérica y el Caribe son panameñas”.

Otro detalle a destacar, es que de esas ocho producciones nacionales que se proyectarán en el IFF Panamá, tres de ellas son estrenos mundiales: Diciembres, Panamá Al Brown: Cuando el puño se abre (foto) y T’ach. Mejor, imposible.

Empecemos por el final, la producción que clausurará la presente edición, es la más reciente película de Abner Benaim: Yo no me llamo Rubén Blades, trabajo documental sobre una leyenda de la música latinoamericana e icono de toda una nación.

También en la sección “Historia de América Central y el Caribe” podemos encontrar otros títulos: Diciembres, el debut en largometraje de Enrique Castro Ríos. El filme se centra en tres sobrevivientes encontrados de la breve, pero brutal invasión militar que sufrió este país. Ellos son guiados 10 años después a una reconciliación íntima por la persona que perdieron en aquella terrible noche. T’ach, documental dirigido por Christian Escobar, que su vez está inspirado en el segundo libro del reconocido chef nacional Charlie Collins. Es decir, una promesa de un viaje gastronómico a lo más íntimo de la cocina típica panameña, a la que con mucho placer acudiré. Finalmente, Una noche de Calypso, coproducción con Argentina, que registra fielmente al grupo Amistad, uno de las última bandas locales que difunden el calipso, género musical no exento de acentos políticos y sociales, lo que lo ha convertido en un referente más de la cultura de este país. En lo que a mi concierne, será un descubrimiento.

El programa educativo del IFF Panamá incluye una producción nacional. Ella es Paname, primer largo documental de Daniel Zapateiro. El título remite al apodo con el que se conoce a la capital francesa, París, y lo que veremos, será una aproximación a la figura de Ferdinand de Lesseps y su sueño de construir el canal que uniría los dos océanos más grandes del planeta. Un filme de importancia puesto que no se conoce mucho de él en este país.

Otra sección con abultada presencia local es la de “Presentaciones Especiales”, donde se ubican las siguientes producciones: Sin voz y La fuerza del balón, ambas dirigidas por Alberto Serra. La primera, bajo el manto de la ficción, toca un tema vigente no solo para Panamá sino para toda la región latinoamericana, como es el abuso sexual contra las mujeres. La escalofriante cifra de 437 denuncias de violación en Panamá en los dos primeros meses de este año, convierten a esta película en un documento fílmico de suma urgencia. La fuerza del balón, se refiere a otro asunto, de enorme pertinencia por esos meses, el fútbol y las expectativas, esperanzas que giran en torno a este deporte. El último título, es Panamá Al Brown: Cuando el puño se abre, la historia de un genio del pugilismo, Alfonso Teófilo Brown,  no solo fue el primer panameño en coronarse campeón mundial del boxeo, sino también de toda Latinoamérica. Otra figura histórica que se rescata a partir de la pantalla grande.