FICG 2018 anuncia los títulos de la sección Largometraje Iberoamericano de Ficción

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La trigésima tercera edición del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG) se realizará entre el 9 y el 16 de marzo, en la capital del estado mexicano de Jalisco. La novedad en este nuevo año está en la nueva sede principal, una de las cinco salas de la nueva Cineteca FICG, que recibirá el nombre de Guillermo del Toro, el cineasta tapatío más internacional y que justamente está nominado para la dorada estatuilla por su reciente película La forma del agua.

En esta sección dedicada al largometraje iberoamericano de ficción compiten 17 producciones de reciente data. Todas ellas representativas de la actual producción que se realiza en nuestras país, algunos títulos exitosos en distintos certámenes como Handia (ganadora del Goya) o Alanis, que fue doblemente premiada en San Sebastián, mejor película y actriz. También se visibiliza películas de regiones no tan difundidas como Centroamérica, tal es el caso de Los gigantes no existen o Violeta al fin. También se pone en relieve títulos extranjeros como encontraron cabido en grandes festivales como la peruana Wiñaypacha y finalmente, aquellas películas nacionales – Nadie sabrá nunca, La negrada, Tiempo Compartido y Traición– que a consideración de los programadores también pueden competir en esta sección, además de la mexicana, que recibe el nombre Premio Mezcal.

 

LARGOMETRAJE IBEROAMERICANO DE FICCIÓN:

  • Alanis de Anahí Berneri (Argentina). Alanis es trabajadora sexual, tiene un hijo y comparte piso en el centro de Buenos Aires con Gisela. Ambas mujeres cuidan del bebé y reciben a sus clientes en el apartamento. Todo cambia cuando dos inspectores municipales irrumpen en su domicilio y detienen a Gisela acusada de trata. Expulsada de su piso, Alanis se traslada temporalmente a casa de su tía. Cuida a su hijo y ofrece en la calle lo que sabe hacer. Siempre en continuo movimiento, Alanis deberá pelear por encontrar su lugar.
  • La defensa del dragón de Natalia Santa (Colombia). Samuel, Joaquín y Marcos son tres viejos amigos que viven su vida en el centro de Bogotá. Se sienten seguros gracias a su rutina, que les permite ignorar sus fracasos. Pero llega un día en el que tienen que afrontar la realidad, algo que hará que sus vidas se tambaleen.
  • Eugenia de Martín Boulocq (Bolivia). Una mujer joven que vive en una pequeña ciudad de Bolivia, cambia su vida al separarse de su esposo y estudiar lo que quería. Se muda a la ciudad en la que su padre vive con otra familia, consigue un trabajo como maquilladora y acepta el papel de una guerrillera espía en una película de aficionados.
  • Los gigantes no existen de Chema Rodríguez (Guatemala). Guatemala, años 80. Andrés tiene 11 años y mucho miedo. Vive con María y Pedro, el hombre que mató a su hermano, uno de los hombres que masacraron a todas las mujeres y niños de su aldea. Son los peores días de la guerra. Él ha sobrevivido, pero tiene miedo. La esposa de Pedro, María, también tiene miedo, miedo de salir de casa, miedo de perder a “su nuevo hijo”… hasta Pedro tiene miedo, miedo de sí mismo. Andrés quiere huir, o quizás no. Tiene demasiado miedo para saberlo.
  • Handia de Aitor Arregi y Jon Garaño (España). Tras haber luchado en la Primera Guerra Carlista, Martín vuelve a su caserío familiar en Guipúzcoa y allí descubre con sorpresa que su hermano menor, Joaquín, es mucho más alto de lo normal. Convencido de que todo el mundo querrá pagar por ver al hombre más grande sobre la Tierra, ambos hermanos se embarcan en un largo viaje por Europa en el que la ambición, el dinero y la fama cambiarán para siempre el destino de la familia. Una historia inspirada en hechos reales.
  • Invisible de Pablo Giorgelli (Argentina). Narra la vida de Ely, que tiene 17 años. Va al colegio por la mañana y trabaja unas horas por la tarde, en una veterinaria. Cuando se entera que está embarazada su mundo interior estalla aunque por fuera se empeñe en mantener su rutina como si nada ocurriera. Ely tiene miedo, está angustiada, sabe que cualquier decisión que tome no tiene vuelta atrás.
  • Matar a Jesús de Laura Mora Ortega (Colombia, Argentina). Paula, una joven estudiante de 22 años, presencia el asesinato de su adorado padre, un popular profesor de ciencias políticas de una universidad pública de la ciudad de Medellín. Desde la distancia, logra ver al asesino mientras se aleja a toda velocidad en una motocicleta. Devastados por el dolor tras los hechos, Paula y su familia tendrán que enfrentar la indolencia oficial. Las autoridades no harán ningún esfuerzo por esclarecer lo ocurrido y el caso pronto quedará archivado y suspendido.
  • Nadie sabrá nunca de Jesús Torres Torres (Premio Mezcal). En un pequeño pueblo una madre y su hijo viven la pasión de las películas que observan en una modesta televisión. A pesar de la oposición paterna, quien siente que su hijo no debe de perder el tiempo en fantasías.
  • La negrada de Jorge Pérez Solano (Premio Mezcal) (FOTO). Primera película mexicana de ficción sobre las poblaciones de origen africano de la costa oaxaqueña, donde el “queridato”, relaciones en las que ambos cometen adulterio, es aceptado socialmente. La historia sigue a Juana y Magdalena, quienes comparten su vida con Neri aunque saben que eso les hace daño. La muerte de Juana le dará la claridad a Magdalena para retomar su vida sin él.
  • O filme da minha vida de Selton Mello (Brasil). Sur de Brasil, en 1963. Tony (Johnny Massaro), hijo de un francés y una brasileña, es un joven enamorado del cine y la poesía que, tras graduarse en la universidad, vuelve a su pequeña ciudad natal en el Brasil rural para descubrir que su padre (Vincent Cassel) ha regresado a Francia para siempre. Tony busca entonces la compañía de los amigos de su padre, en busca de información de un modelo de hombre perdido. Se convierte en maestro de escuela y una figura protectora para los niños, en un intento de proporcionarles algo de lo que él mismo carece. Una serie de acontecimientos le llevan a un sorprendente desenlace sobre el paradero de su padre y las verdaderas razones por las que se marchó… Adaptación de la novela «Un padre de película» de Antonio Skármeta.
  • Tiempo compartido de Sebastián Hofmann (Premio Mezcal). La historia de dos familias diferentes que viajan a un hotel y que por un error administrativo las hospeda en la misma villa. Los choques iniciales por las diferencias permiten un proceso que las termina acercando.
  • Traición de Nacho Ortiz (Premio Mezcal). Félix y Misela son padre e hija y uno debe traicionar al otro para seguir viviendo.
  • Un traductor de Rodrigo Barriuso y Sebastián Barriuso (Cuba, Canadá). Se ordena a un profesor de literatura rusa de la Universidad de La Habana que trabaje como traductor para los niños víctimas del desastre nuclear de Chernobyl cuando son enviados a Cuba para recibir tratamiento médico.
  • Violeta al fin de Hilda Hidalgo (Costa Rica, México). Violeta de 72 años se divorció recientemente y vive sola en la casa familiar, donde cuida a diario del frondoso jardín y tiene planes de montar una pensión. Cuando descubre que el banco le quiere quitar su casa, está dispuesta a romper todas las reglas para defender su hogar y su autonomía.
  • Vivir y otras ficciones de Jo Sol (España, Cataluña). Pepe ha salido del psiquiátrico tras pagar condena por robar para trabajar. Únicamente la solidaridad de Antonio, activista con diversidad funcional, le permite construir una vida frágil sobre la que proyectar nuevas ilusiones. Sin embargo, su necesidad de encajar en un mundo sin sentido se convierte en una tarea desesperada. El horizonte de su ansiada “normalidad” resulta inalcanzable. La relación con Antonio interpela su mirada sobre la vida, invitándole a reconocerse como anomalía e inventar una locura mayor para vivir.
  • Wiñaypacha de Oscar Catacora (Perú). Willka y Phaxsi, una pareja de ancianos de más de 80 años viven abandonados en un lugar remoto de los Andes del Perú, a más de cinco mil metros de altura. Enfrentan la miseria y el inclemente paso del tiempo, rogando a sus dioses para que por fin llegue su único hijo a rescatarlos.
  • …Y de pronto el amanecer de Silvio Caiozzi (Chile). Pancho Veloso, viejo escritor de artículos de farándula capitalina, vuelve a su pueblo natal de la Patagonia chilena después de más de 40 años de haber huido. Al intentar escribir cuentos “vendibles” sobre aquella zona de fin de mundo, enfrentará su pasado y dejará su impostura. Así podrá crear por primera vez en su vida una novela, en la que convertirá a sus amigos y su amada en personajes, y a sí mismo… en un artista de verdad.