El quinto largometraje del argentino Diego Lerman, Una especie de familia forma parte de la sección Portal Iberoamericano del IFF Panamá 2018, y era uno de esos títulos que habíamos agendado desde hace algunas semanas, presentarse en Toronto, San Sebastián y numerosos festivales desde septiembre del año pasado. Es la historia de Malena, una mujer sola que viaja a la provincia de Misiones, en el norte argentino, cerca de la tres fronteras. Con la misión de asistir al parto de su hijo adoptivo y llevárselo posteriormente a Buenos Aires. Esas pocas líneas suponen un profundo viaje emocional, ético y moral, tanto para Malena -encarnado por una solvente Bárbara Lennie- Marcela, la madre biológica y el espectador, quien es al final de cuentas, el destinatario de esta confrontación sobre las débiles fronteras del concepto de familia en nuestros días.
Esta producción, ya estrenada en salas de Argentina y España, supone asimismo, el debut de la actriz española Bárbara Lennie en el cine argentino. Vale recordar que sus padres, de origen argentino, emigraron por separado a España, donde se conocieron y nació Bárbara. Sin embargo, a los pocos meses regresaron a Argentina, dispuestos a probar suerte en su tierra. Y allí, estuvieron hasta que cumplió seis años, cuantos toda la familia regresó ya definitivamente a la Madre Patria, donde inició y cimentó la carrera actoral que todos reconocemos.
– Hace poco en la charla de Mujeres en el Cine que se realizó en el marco del festival, algunas de las ponentes afirmaron que para construir con fidelidad un personaje femenino, el director-guionista debería consultar a una guionista para que le otorgue esa mirada, esa esencia femenina que un varón definitivamente carece. Y revisando tus películas, veo que se ha especializado en personajes femeninos contundentes y de total verosimilitud.
Yo lo siento con bastante naturalidad, me extraña esa afirmación, que puede darse de manera inversa cuando directoras se atrevan siquiera a construir personajes masculinos. Sin embargo, ahí no llama la atención. Podemos decir que por tradición, la mayoría de los personajes fuertes en el cine suelen ser varones. En mi caso particular, tuve cierta tendencia e inclinación a interesarme más por personajes femeninos, y hasta ahora claramente está puesto en juego.
– ¿Cuál fue el mayor desafío de filmar esta película, que se distancia mucho de lo que ha realizado anteriormente?
Uno de los desafíos era como contar a través del personaje de Malena (Barbara Lennie) y lo más difícil o problemático fue decidir hasta cuando estar cerca y cuando distanciarse. Un poco la búsqueda que yo intenté era narrar una película de punto de vista. Ella está en todas las escenas, y vamos viendo todo a través de sus ojos.
– Si bien el tema de la película tiene mucha actualidad, pienso que para escribir una trama así debe haber recurrido a muchas fuentes, múltiples influencias o referencias…
Había una amiga que me había contado una historia personal, al haber realizado un viaje de adopción y cuando termine Refugiados, me animé a trabajar con el mismo concepto pero de manera inversa. Sí en esa película era el viaje de una madre y un hijo a partir de la deconstrucción de una familia por un caso de violencia, en esta mi nueva película de lo que hablo es de la construcción.
– En esta película se refiere al otro lado de la maternidad, y una familia que no es tal. Todo se va desmoronando a medida que avanza la historia.
Tienes razón, es un personaje desesperado por tener un beben y en función de ello se va definiendo. Yo lo defino como una antiheroina con un pie de la racionalidad y el otro, quien sabe dónde. Más que buscar solidaridad con ella, lo que propongo es que el espectador la acompañe en un viaje de toma de decisiones que muchas veces son polémicas porque incluso van en contra de su propia conveniencia.
– La película despegó oficialmente en Toronto, y hasta ahora no para.
Cierto, ha tenido un gran recorrido. Arrancó en Toronto, luego pasó a San Sebastián donde ganó el premio de mejor guión, en Biarritz donde ganó el premio al mejor actor. Participó desde la India, en Chicago ganó mejor película, lo mismo recientemente en Miami. Como ves, viene dando vuelta por diversos continentes. Ahora se acaba de estrenar en Netflix, creo, que para todo el mundo. La semana que viene viajo a Francia donde se va a estrenar comercialmente el 18 de abril.
– Hay ideas que quedan en la mente del espectador. Una de ellos es el de familia disfuncional y otro, el las tantas familias frágiles que se mantienen únicamente porque tienen hijos que mantener.
Sí, me interesaba la indagación moral más que lo temático, porque es un buen punto para cierto contraste donde contar una historia de cierta complejidad. A medida que investigaba, desmenuzaba todo lo complejo moralmente de un sistema de adopción que no funciona en Argentina. Muchos niños que esperan ser adoptados, como que tiene muchas aristas. Incluso se puede mencionar, al aborto que es ilegal; la diferencia extrema de clases sociales y cierto comercio que prolifera. Como ves, hay un condimento de cuestiones que permiten el contexto de la película y es reflejo ficcional de lo que sucede en la Argentina.
– Me comentaba previamente que tenía intención lejana de realizar una comedia. Pero tras haber visto su última película y todas las anteriores, realmente no lo veo factible…
Bueno, en Tan de repente la primera hay cierto tinte de comedia, que motiva que algunos me lo pregunten. Por lo pronto me siento cómodo en este tipo de indagaciones. Tal en un momento llegue, quien sabe.
– Como negarse ante la realidad que le brinda tanto material.
Sí, creo que nuestra sociedad en este momento ofrece tanto que por lo mismo hay tantos cineastas saliendo a contar las diversas realidades con miradas muy personales.