APOCALIPSIS A LA PERUANA SIGUE CAUTIVANDO EN SU PROPIO PAÍS

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Con una tercera semana ya asegurada se puede afirmar con certeza que el público limeño ha respaldado a ‘El limpiador’. Si bien ha tenido un lanzamiento restringido, en su primera semana, a solo cuatro pantallas -con un promedio de tres funciones diarias- ya ha convocado alrededor de tres mil espectadores. Esto indica que se ha sabido manejar esto a su favor y realizar una efectiva y focalizada campaña de marketing a través de las redes sociales, principalmente. Siendo sinceros poco importa a nuestros espectadores los premios obtenidos en los festivales de cine, que haya tenido un importante galardón en Palm Springs, por ejemplo; lo que muchas veces quieren saber es de lo que trata la película, y esta aventura mínima de un trabajador forense en el contexto de una epidemia generalizada en nuestra Lima ha interesado a quienes gustan -muchas veces no encuentran- ese cine distinto, introspectivo y por qué no, peruano. ‘El limpiador’ posee una belleza extraña, un aliento poético que convive (o mejor dicho) sobrevive en un escenario digno de una trama de ciencia ficción. Lima nunca se había visto como aquí: fantasmal y lunar, pero es en esta árida y agonizante ciudad, que germinan afectos olvidados, postergados en Eusebio, el personaje central. La mirada que ofrece el joven director Adrián Saba es austera, intimista y que absolutamente no se agota con un solo visionado. Detalles como estos, son los que convierten -con mucha justicia- a ‘El limpiador’ en una ópera prima de un interés innegable dentro de nuestra cinematografía.

Hace unas semanas tuvimos la oportunidad de encontrarnos con el protagonista de la cinta, el actor Víctor Prada en la 28 edición del Festival Internacional de Cine en Guadalajara. Quien no pudo estar fue el director Adrián Saba pues desde inicios del mes pasado se encuentra en la prestigiosa Residencia de la Cinéfondation del Festival de Cannes, donde desarrolla el guión de su siguiente largometraje.

Lo primero que la prensa le preguntó al actor Víctor Prada, fue sobre cómo llegó a contactar al director debutante: “A Adrián lo conozco desde niño, conozco a sus padres desde hace mucho tiempo, somos colegas en el teatro y a Adrián lo he visto crecer. Siempre ha sido un chico talentoso, que ha tenido la suerte de estudiar en una escuela de Nueva York y en verdad es un chibolito, hizo esta película a los 22 años y no me dijo siquiera para hacer el casting sino que había pensado en mí desde la escritura del guión. En base a esa confianza que él me dio para que leer el guión y de frente le dije que sí, y así comenzó nuestra relación en la película. Sin duda va a ser uno de los directores peruanos que va a dar mucho que hablar.”

El cine peruano siempre ha sido bien recibido en este festival, por ejemplo el año pasado se exhibió también en competencia: ‘Las malas intenciones’. Por ello no fue extraño que se le preguntara sobre el estado de nuestro cine, sobre lo que comentó: “Hay una corriente de mucha gente joven: ‘Octubre’ de los hermanos Vega, por ejemplo que están proponiendo nuevas posibilidades de contar historias. La película de Rosario García-Montero estuvo por acá el año pasado… Ha habido un grupo de pioneros como Francisco Lombardi, Chicho Durant y otros directores peruanos, que sentaron las bases de un cine peruano y la gente de ahora como que se nutre de otras cosas, y más ahora que tienen la facilidad que ofrece el digital. Antes se hacían una o dos películas al año, ahora mínimo se están haciendo 7 películas al año, sin contar las producciones del interior del país que se hace a muy bajo costo. Sin duda, esta gente joven es la que realizando una loable campaña de buscar nuevos horizontes para el cine peruano”.

La cinta generó expectativa desde antes de la primera de sus cuatro proyecciones. Quizá por esa afinidad que este festival tiene con nuestro país, pero luego conversando supe, que se debía a dos factores: la edad de su realizador, el más joven de todas las película de la sección oficial y el más importante: lo original de su propuesta: “Una Lima devastada por una epidemia mortal” como reseñaba un diario. Si bien al final no logró obtener ningún premio -y eso que Prada era uno de los voceados en el apartado de mejor actor- no queda duda que nuestro cine atraviesa uno de sus mejores momentos y que tenemos películas, cada temporada, que pueden representarla de muy buena forma en el circuito internacional de festivales de cine. Y que ahora felizmente ha sabido sintonizar, también, con el gusto del público espectador de su propio país.